Hayv Kahraman es una ilustradora iraquí que huyó de su país en plena Guerra del Golfo hacia Suecia. Actualmente divide su residencia con Estados Unidos, a donde la llevó su obra; una obra cargada de mandatos, conflictos y vinculaciones culturales, no solamente observadas, también vividas en carne propia, que se vuelve activista irremediablemente.
“No sé bien qué soy. Ya no soy iraquí, me siento tan lejos… Tal vez en el gusto y sabor de alguna comida vuelvo a ser iraquí, pero es una sensación fugaz. Tampoco soy sueca, mucho menos estadounidense. Estoy buscando eso que tal vez no encuentre nunca, supongo que es la cruz de los que migramos”.
En esa última expresión se guarda la clave de su obra que tiene como gran protagonista al cuerpo femenino atravesando cruces (oprimido, mutilado, abusado, tabú, explotado, etcétera), y comprendiendo en cada una de ellas una migración esencial por encima del vuelo de fronteras.
Es, entonces, en esas migraciones esenciales -solitarias y vinculantes, procesales y políticas, siempre íntimas- que Kahraman le da otra implicancia más a la relación cuerpo-persona, cuerpo-contexto, cuerpo-espacio. El cuerpo, así, migra a manual de supervivencia.
#3 — Pasajera en tránsito perpetuo
